Cuando hablamos de Ingeniería de Software, solemos pensar en grandes sistemas, arquitecturas distribuidas o inteligencia artificial. Sin embargo, todo ingeniero —desde el más junior hasta el más senior— comparte un punto de partida común: los fundamentos de programación.
Dominar estos cimientos no solo es requisito académico, sino el primer paso hacia una carrera sólida en el mundo tecnológico.
1. Lógica y algoritmos: pensar antes de programar
Programar no es escribir código al azar, es resolver problemas paso a paso. La lógica de programación y el diseño de algoritmos permiten estructurar una solución antes de transformarla en código.
Ejemplo clásico:
- Problema → calcular el promedio de tres notas.
- Algoritmo → (nota1 + nota2 + nota3) / 3.
Simple, sí. Pero este enfoque es la base de cualquier sistema complejo.
2. Variables y tipos de datos: los bloques esenciales
Las variables son como cajas donde guardamos información. Los tipos de datos definen qué clase de información puede ir en esas cajas: números, texto, valores lógicos.
Comprender bien esta diferencia evita errores y permite optimizar recursos, algo crucial cuando el software escala.
3. Estructuras de control: tomar decisiones y repetir procesos
El mundo real está lleno de condiciones: “si apruebas, avanzas”, “si falla, repite”.
Las estructuras condicionales (if
, else
) y los bucles (for
, while
) son la forma en que el código replica esas decisiones y repeticiones en un entorno digital.
4. Funciones y modularidad: divide y vencerás
Un buen ingeniero no escribe un programa como un párrafo interminable. Divide el problema en partes pequeñas, reutilizables y fáciles de mantener.
Las funciones encapsulan bloques de lógica, mejorando la organización del código y reduciendo errores.
5. Paradigmas básicos: imperativo, orientado a objetos y más
Todo estudiante debe conocer los paradigmas de programación:
- Imperativo → indica paso a paso qué hacer.
- Orientado a objetos → organiza el código en clases y objetos, más cercano al mundo real.
- Funcional → se centra en funciones puras y evita estados compartidos.
6. Buenas prácticas desde el inicio
No se trata solo de que el programa funcione, sino de que sea legible, mantenible y seguro. Comentar el código, usar nombres claros en variables, evitar duplicación y pensar en la seguridad desde el día uno son hábitos que distinguen a un buen ingeniero.
Conclusión: la base que nunca se olvida
Los fundamentos de programación no son un capítulo introductorio que se abandona al pasar a cursos avanzados; son un lenguaje universal que acompaña toda la carrera. Desde el primer “Hola Mundo” hasta el diseño de arquitecturas complejas, la clave está en entender lo básico y cultivarlo con disciplina.